Este municipio del Jiloca no ceja en su empeño por salvar su iglesia. Primero amenazaron con dejar las listas municipales vacías y después se pusieron a buscar 'padrinos' para las piedras y tejas de su iglesia. Ahora confían en que en los próximos meses comiencen las obras de restauración.
Uno de los actos que se realizó en octubre en Burbáguena para promocionar la campaña "Apadrina una piedra". |
La pérdida de cimentación en la iglesia de Burbáguena obligaba el pasado verano a tomar la decisión de cerrarla al culto ante el peligro que suponía acceder a su interior, por las grandes grietas que se habían abierto. Desde entonces vecinos y corporación municipal han alzado la voz por conseguir partidas económicas que permitieran llevar a cabo los trabajos necesarios de rehabilitación, con el fin de garantizar el futuro de este edificio que fue declarado Bien de Interés Cultural hace nueve años.
Además de la decisión adoptada en una asamblea vecinal de no presentar candidatos a las elecciones municipales -«si no hay iglesia no hay alcalde», se explica en la web- si no se daban soluciones, desde el Ayuntamiento de Burbáguena ponían en marcha una curiosa campaña de apadrinamiento. A través de la página web http://www.apadrinaunapiedra.com/ querían que la gente apadrinase piedras o tejas de la iglesia, a 20 euros la pieza, ayudando así a financiar las obras de rehabilitación. De esta forma, un pueblo de unos 350 habitantes ha sido capaz de movilizar a la ciudadanía y recaudar 15.000 euros a través de cerca de 700 apadrinamientos. Ahora la iniciativa continua con el objetivo de ir logrando el dinero que necesitan para ejecutar las mejoras de la iglesia.
A esa partida económica se suma otra que ya está asegurada, la de Ibercaja que está cifrada en 236.000 euros, y que permitirán que en los próximos meses de comienzo la primera fase de rehabilitación de la iglesia. La alcaldesa, Silvia Benedí, ha afirmado que en estos momentos están trabajando con los informes de los técnicos y una vez que Patrimonio dé los permisos comenzarán las obras. En este sentido confían en que el proceso sea rápido. De está forma podrán reabrir la iglesia al culto, sin peligro para nadie, después de estar treinta años luchando por conseguir mejoras y un edificio seguro.Benedí sostiene que «habrá alcalde o alcaldesa la próxima legislatura pero siendo conscientes del límite al que había llegado la situación. Quien asuma la responsabilidad los próximos cuatro años tiene que seguir luchando para contar con más dinero».
Mientras se inicia la rehabilitación los vecinos seguirán asistiendo a los diversos oficios que tienen lugar en las dos residencias de ancianos de Burbáguena así como también a las misas que se celebran en la ermita ubicada bajo el ayuntamiento.
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